Hubo una vez un MONARCA que dijo a los sabios de la corte:
- Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.
Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total... Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.
El MONARCA tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del MONARCA murió pronto y este sirviente cuidó de él, por LO tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:
- No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje - el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey- Pero no lo leas -le dijo- mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación.
Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y El moanarca perdío su poderío. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos.
No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...
De pronto se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso: Simplemente decía: "ESTO TAMBIÉN PASARÁ". Mientras leía "esto también pasará" sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos. El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido.
Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes... y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.
El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo: Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.
- ¿Qué quieres decir? -preguntó el rey-. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.
- Escucha -dijo el anciano- este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras.
No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.
El monarca abrió el anillo y leyó el mensaje: "Esto también pasará", y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, porque el orgullo, el ego, había desaparecido. El monarca pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado. Entonces el anciano le dijo:
- Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.
miércoles, 10 de septiembre de 2008
miércoles, 3 de septiembre de 2008
Los juicios de los demás
Había una vez un anciano que tenía a su cuidado a su nieto. Vivían en un pueblo y, al ver que su nieto ya tenía 12 años y que no había posibilidades de progreso, decidieron cambiar de ciudad. Tomaron las pocas cosas de valor que tenían y las cargaron sobre un viejo ANIMAL al que querían mucho.
Antes de partir hacia la ciudad decidieron turnarse en viajar sobre EL AMIMAL para que el viaje fuera lo menos cansador, dentro de lo posible, para los tres.
Primero saldrían los dos montados sobre el ASNO, después el anciano caminaría y el chico iría sobre el ASNO, luego el chico caminaría y el anciano pasaría a montar el ASNO, y por último los dos caminarían para que el ASNO descansara.
Así partieron a la ciudad. A los pocos kilómetros pasaron por el primer pueblo y escucharon a la gente comentar: “miren a esos dos desconsiderados haciendo sufrir a ese viejo burro”. A los pocos kilómetros pasaron por otro pueblo y, como el anciano ya iba caminando, escucharon que la gente decía: “ese chico es un desconsiderado, mira como deja que su abuelo camine y no le cede su lugar”.
Al pasar por otro pueblo ya habían cambiado de lugar, y la gente comentaba: “¡qué viejo desconsiderado, dejar al chico a pie para ir él muy cómodo sobre el burro!”.
Más tarde pasaron por un cuarto pueblo. Esta vez los dos iban caminando para que el burro descansase, y oyeron que la gente decía: “¡qué tontos, tienen un burro y van caminando!”
“Las opiniones y juicios SOBRE OTRO HABLAN MÁS SOBRE QUIEN LOS EMITE QUE SOBRE QUIEN LOS RECIBE”
Antes de partir hacia la ciudad decidieron turnarse en viajar sobre EL AMIMAL para que el viaje fuera lo menos cansador, dentro de lo posible, para los tres.
Primero saldrían los dos montados sobre el ASNO, después el anciano caminaría y el chico iría sobre el ASNO, luego el chico caminaría y el anciano pasaría a montar el ASNO, y por último los dos caminarían para que el ASNO descansara.
Así partieron a la ciudad. A los pocos kilómetros pasaron por el primer pueblo y escucharon a la gente comentar: “miren a esos dos desconsiderados haciendo sufrir a ese viejo burro”. A los pocos kilómetros pasaron por otro pueblo y, como el anciano ya iba caminando, escucharon que la gente decía: “ese chico es un desconsiderado, mira como deja que su abuelo camine y no le cede su lugar”.
Al pasar por otro pueblo ya habían cambiado de lugar, y la gente comentaba: “¡qué viejo desconsiderado, dejar al chico a pie para ir él muy cómodo sobre el burro!”.
Más tarde pasaron por un cuarto pueblo. Esta vez los dos iban caminando para que el burro descansase, y oyeron que la gente decía: “¡qué tontos, tienen un burro y van caminando!”
“Las opiniones y juicios SOBRE OTRO HABLAN MÁS SOBRE QUIEN LOS EMITE QUE SOBRE QUIEN LOS RECIBE”
miércoles, 27 de agosto de 2008
A veces, por aferrarnos a lo que tenemos, no podemos echar a andar…
Un maestro samurai paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vió a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita al lugar.
Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la importancia de realizar visitas, conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que obtenemos de estas experiencias.
Llegando al lugar constató la pobreza del sitio, los habitantes: una pareja y tres hijos, la casa de madera, vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin calzado.
Entonces se aproximó al señor, aparentemente el padre de familia y le preguntó:
"En este lugar no existen posibilidades de trabajo ni puntos de comercio tampoco, ¿cómo hacen usted y su familia para sobrevivir aquí?"
El señor calmadamente respondió: "amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos o lo cambiamos por otros géneros alimenticios en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso, Cuajada y otros, para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo."
El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, luego se despidió y se fue. En el medio del camino, volteó hacia su fiel discípulo y le ordenó:
"Busque la vaquita, llévela al precipicio de allí enfrente y empújela al barranco."
El joven espantado vió al maestro y le cuestionó sobre el hecho de que la vaquita era el medio de subsistencia de aquella familia. Mas como percibió el silencio absoluto del maestro, fue a cumplir la orden. Así que empujó la vaquita por el precipicio y la vió morir.
Aquella escena quedó grabada en la memoria de aquel jóven durante algunos años.
Un bello día el joven agobiado por la culpa resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar y contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos.
Así lo hizo, y a medida que se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con árboles floridos, todo habitado, con carro en el garaje de tremenda casa y algunos niños jugando en el jardín.
El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia tuviese que vender el terreno para sobrevivir, aceleró el paso y llegando allá, fue recibido por un señor muy simpático. El jóven preguntó por la familia que vivía allí hacia unos cuatro años, el señor respondió que seguían viviendo allí. Espantado el jóven entró corriendo a la casa y confirmó que era la misma familia que visitó hacía algunos años con el maestro.
Elogió el lugar y le preguntó al señor (el dueño de la vaquita) : "¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?"
El señor entusiasmado le respondió:
"Nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no Sabíamos que teníamos, así alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran ahora.
Todos nosotros tenemos una vaquita que nos proporciona alguna cosa básica para nuestra sobrevivencia, la cual convive con la rutina y nos hace dependientes de ella, y nuestro mundo se reduce a lo que la vaquita nos brinda".
Esto es lo que se ha llamado zona de confort. Estamos tan conformes con el estado de cosas que nos rodea que no desarrollamos otras posibildades.¿Tú sabes cuál es tu vaquita? no dudes un segundo para empujarla por el precipicio.
Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la importancia de realizar visitas, conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que obtenemos de estas experiencias.
Llegando al lugar constató la pobreza del sitio, los habitantes: una pareja y tres hijos, la casa de madera, vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin calzado.
Entonces se aproximó al señor, aparentemente el padre de familia y le preguntó:
"En este lugar no existen posibilidades de trabajo ni puntos de comercio tampoco, ¿cómo hacen usted y su familia para sobrevivir aquí?"
El señor calmadamente respondió: "amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos o lo cambiamos por otros géneros alimenticios en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso, Cuajada y otros, para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo."
El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, luego se despidió y se fue. En el medio del camino, volteó hacia su fiel discípulo y le ordenó:
"Busque la vaquita, llévela al precipicio de allí enfrente y empújela al barranco."
El joven espantado vió al maestro y le cuestionó sobre el hecho de que la vaquita era el medio de subsistencia de aquella familia. Mas como percibió el silencio absoluto del maestro, fue a cumplir la orden. Así que empujó la vaquita por el precipicio y la vió morir.
Aquella escena quedó grabada en la memoria de aquel jóven durante algunos años.
Un bello día el joven agobiado por la culpa resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar y contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos.
Así lo hizo, y a medida que se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con árboles floridos, todo habitado, con carro en el garaje de tremenda casa y algunos niños jugando en el jardín.
El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia tuviese que vender el terreno para sobrevivir, aceleró el paso y llegando allá, fue recibido por un señor muy simpático. El jóven preguntó por la familia que vivía allí hacia unos cuatro años, el señor respondió que seguían viviendo allí. Espantado el jóven entró corriendo a la casa y confirmó que era la misma familia que visitó hacía algunos años con el maestro.
Elogió el lugar y le preguntó al señor (el dueño de la vaquita) : "¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?"
El señor entusiasmado le respondió:
"Nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no Sabíamos que teníamos, así alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran ahora.
Todos nosotros tenemos una vaquita que nos proporciona alguna cosa básica para nuestra sobrevivencia, la cual convive con la rutina y nos hace dependientes de ella, y nuestro mundo se reduce a lo que la vaquita nos brinda".
Esto es lo que se ha llamado zona de confort. Estamos tan conformes con el estado de cosas que nos rodea que no desarrollamos otras posibildades.¿Tú sabes cuál es tu vaquita? no dudes un segundo para empujarla por el precipicio.
miércoles, 20 de agosto de 2008
EL COFRE ENCANTADO
Hace muchísimos años, vivía en la India un sabio, de quien se decía que guardaba en un cofre encantado un gran secreto que lo hacía ser un triunfador en todos los aspectos de su vida y que, por eso, se consideraba el hombre mas felíz del mundo. Muchos reyes, envidiosos, le ofrecían poder y dinero, y hasta intentaron robarlo para obtener el cofre, pero todo era en vano. Mientras más lo intentaban, más infelices eran, pues la envidia no los dejaba vivir. Así pasaban los años y el sabio era cada día más felíz.
Un día llego ante él un niño y le dijo: "Señor, al igual que tú, también quiero ser inmensamente feliz. "Por qué no me enseñas qué debo hacer para conseguirlo"? El sabio, al ver la sencillez y la pureza del niño,le dijo: "A tí te enseñaré el secreto para ser felíz.
Ven conmigo y presta mucha atención. En realidad son dos cofres en donde guardo el secreto para ser feliz y estos son mi mente y mi corazón y el gran secreto no es otro que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de la vida".
El primer paso, es que debes quererte a tí mismo, y todos los días al levantarte y al acostarte, debes afirmar: yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda vencer: Este paso se llama autoestima alta.
El segundo paso, es que debes poner en práctica todo lo que dices que eres, es decir, si piensas que eres inteligente, actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño; si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces propónte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. Este paso se llama motivación.
El tercero paso, es que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es, ellos alcanzaron su meta, logra tu las tuyas.
El cuarto paso, es que no debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie; ese sentimiento no te dejará ser feliz, tú perdona y olvida.
El quinto paso, es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen, recuerda que de acuerdo a las leyes de la naturaleza, mañana te quitaran algo de más valor.
El sexto paso, es que no debes maltratar a nadie; todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera.
Y por último, levantate siempre con una sonrisa en los labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bonito; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; ayuda a los demás, sin pensar que vas a recibir nada a cambio; mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para ser triunfador y que de esta manera, puedan ser felices"...
Un día llego ante él un niño y le dijo: "Señor, al igual que tú, también quiero ser inmensamente feliz. "Por qué no me enseñas qué debo hacer para conseguirlo"? El sabio, al ver la sencillez y la pureza del niño,le dijo: "A tí te enseñaré el secreto para ser felíz.
Ven conmigo y presta mucha atención. En realidad son dos cofres en donde guardo el secreto para ser feliz y estos son mi mente y mi corazón y el gran secreto no es otro que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de la vida".
El primer paso, es que debes quererte a tí mismo, y todos los días al levantarte y al acostarte, debes afirmar: yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda vencer: Este paso se llama autoestima alta.
El segundo paso, es que debes poner en práctica todo lo que dices que eres, es decir, si piensas que eres inteligente, actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño; si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces propónte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. Este paso se llama motivación.
El tercero paso, es que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es, ellos alcanzaron su meta, logra tu las tuyas.
El cuarto paso, es que no debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie; ese sentimiento no te dejará ser feliz, tú perdona y olvida.
El quinto paso, es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen, recuerda que de acuerdo a las leyes de la naturaleza, mañana te quitaran algo de más valor.
El sexto paso, es que no debes maltratar a nadie; todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera.
Y por último, levantate siempre con una sonrisa en los labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bonito; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; ayuda a los demás, sin pensar que vas a recibir nada a cambio; mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para ser triunfador y que de esta manera, puedan ser felices"...
miércoles, 13 de agosto de 2008
Aprender de los demás...
"Había una vez una rosa muy bella, se sentía una maravilla al saber que era la rosa más bella del jardín. Sin embargo un día se dió cuenta que la gente la miraba de lejos y observó que al lado de ella había un sapo negro, grande y gordo.Al percatarse que por eso nadie se acercaba a ella le dijo muy molesta: -sapo por que no te alejás de mi, no ves que por tu culpa nadie se acerca a mi?, es que eres muy feo!!. El sapo le contestó: -está bien si eso es lo que quieres me iré. Muy obediente el sapo se alejó brincando de la rosa.
Poco tiempo después el sapo se paseaba por el jardín cuando se dió cuenta que la rosa estaba toda marchita y con muy pocos pétalos en ella y le dijo: -ahora si que te encuentras marchita ¿qué te pasó?.La rosa le contestó: -es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día y noche, no volveré a ser la más bella del jardín. El sapo le dijo: -pues claro, cuandoyo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la mas bella del jardín".
Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos más que ellos o que simplemente no nos sirven para nada. En este mundo todos tenemos algo que aprender de los demás o algo que enseñar.
A veces hay personas que pasan por nuestra vida como una oportunidad de aprendizaje,pero no lo podemos ver...y preferimos tenerlos lejos.
Poco tiempo después el sapo se paseaba por el jardín cuando se dió cuenta que la rosa estaba toda marchita y con muy pocos pétalos en ella y le dijo: -ahora si que te encuentras marchita ¿qué te pasó?.La rosa le contestó: -es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día y noche, no volveré a ser la más bella del jardín. El sapo le dijo: -pues claro, cuandoyo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la mas bella del jardín".
Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos más que ellos o que simplemente no nos sirven para nada. En este mundo todos tenemos algo que aprender de los demás o algo que enseñar.
A veces hay personas que pasan por nuestra vida como una oportunidad de aprendizaje,pero no lo podemos ver...y preferimos tenerlos lejos.
SIEMPRE SE PUEDE UN POCO MAS!!!
"ESTÁN LOS QUE USAN SIEMPRE LA MISMA ROPA.
ESTÁN LOS QUE LLEVAN AMULETOS.
LOS QUE HACEN PROMESAS.
LOS QUE IMPLORAN MIRANDO EL CIELO.
LOS QUE CREEN EN SUPERSTICIONES.
Y ESTÁN LOS QUE SIGUEN CORRIENDO
CUANDO LES TIEMBLAN LAS PIERNAS.
LOS QUE SIGUEN JUGANDO
CUANDO SE LES ACABA EL AIRE.
LOS QUE SIGUEN LUCHANDO
CUANDO TODO PARECE PERDIDO.
COMO SI CADA VEZ FUERA LA ÚLTIMA VEZ.
CREYENDO DE QUE LA VIDA MISMA ES UN DESAFÍO.
SUFREN.PERO NO SE QUEJAN.
PORQUE SABEN QUE EL DOLOR PASA.
EL SUDOR SE SECA.
EL CANSANCIO TERMINA.
PERO HAY ALGO QUE NUNCA DESAPARECERÁ:
LA SATISFACCIÓN DE HABERLO LOGRADO.
EN SUS CUERPOS HAY LA MISMA
CANTIDAD DE MÚSCULOS.
EN SUS VENAS CORRE LA MISMA SANGRE.
LO QUE LOS HACE DIFERENTES ES SU ESPÍRITU.
LA DETERMINACIÓN DE ALCANZAR LA CIMA.
UNA CIMA A LA QUE NO SE LLEGA
SUPERANDO A LOS DEMAS.
SINO SUPERÁNDOSE A UNO MISMO".
ESTÁN LOS QUE LLEVAN AMULETOS.
LOS QUE HACEN PROMESAS.
LOS QUE IMPLORAN MIRANDO EL CIELO.
LOS QUE CREEN EN SUPERSTICIONES.
Y ESTÁN LOS QUE SIGUEN CORRIENDO
CUANDO LES TIEMBLAN LAS PIERNAS.
LOS QUE SIGUEN JUGANDO
CUANDO SE LES ACABA EL AIRE.
LOS QUE SIGUEN LUCHANDO
CUANDO TODO PARECE PERDIDO.
COMO SI CADA VEZ FUERA LA ÚLTIMA VEZ.
CREYENDO DE QUE LA VIDA MISMA ES UN DESAFÍO.
SUFREN.PERO NO SE QUEJAN.
PORQUE SABEN QUE EL DOLOR PASA.
EL SUDOR SE SECA.
EL CANSANCIO TERMINA.
PERO HAY ALGO QUE NUNCA DESAPARECERÁ:
LA SATISFACCIÓN DE HABERLO LOGRADO.
EN SUS CUERPOS HAY LA MISMA
CANTIDAD DE MÚSCULOS.
EN SUS VENAS CORRE LA MISMA SANGRE.
LO QUE LOS HACE DIFERENTES ES SU ESPÍRITU.
LA DETERMINACIÓN DE ALCANZAR LA CIMA.
UNA CIMA A LA QUE NO SE LLEGA
SUPERANDO A LOS DEMAS.
SINO SUPERÁNDOSE A UNO MISMO".
El exitoso...
"Los exitosos no tienen tiempo para ubicar culpas, están demasiado ocupados en alistarse para el próximo desafío.
Es mejor intentar algo grande y fallar que tener éxito en no hacer nada.
El fracaso es como conducir por un callejón sin salida y darse vuelta para encontrar una ruta mejor.
Nunca podrás vivir cubriendo las expectativas de todos, pero puedes vivir cubriendo las tuyas.
Es más terrible no tener una meta que no alcanzarla.
El futuro está donde pasarás el resto de tu vida.
Jamás correr el riesgo de equivocarse, es la equivocación más grande que puedes cometer.
No hay garantías de que mañana llegará. Hazlo hoy.
Cuando cambia tu percepción, el día nublado se vuelve soleado.
No permitas que tus debilidades oscurezcan tus habilidades.
Una actitud de «lo haré mañana» trae consecuencia de «hubiera tenido que hacerlo ayer».
No importa cuantas veces te caigas, sólo cuantas veces te levantes.
Sólo existe una persona a la que deberás rendirle cuentas al final, vos mismo".
Por eso ahora es el momento de guardar todas las excusas y comenzar a caminar hacia tu sueño.
Es mejor intentar algo grande y fallar que tener éxito en no hacer nada.
El fracaso es como conducir por un callejón sin salida y darse vuelta para encontrar una ruta mejor.
Nunca podrás vivir cubriendo las expectativas de todos, pero puedes vivir cubriendo las tuyas.
Es más terrible no tener una meta que no alcanzarla.
El futuro está donde pasarás el resto de tu vida.
Jamás correr el riesgo de equivocarse, es la equivocación más grande que puedes cometer.
No hay garantías de que mañana llegará. Hazlo hoy.
Cuando cambia tu percepción, el día nublado se vuelve soleado.
No permitas que tus debilidades oscurezcan tus habilidades.
Una actitud de «lo haré mañana» trae consecuencia de «hubiera tenido que hacerlo ayer».
No importa cuantas veces te caigas, sólo cuantas veces te levantes.
Sólo existe una persona a la que deberás rendirle cuentas al final, vos mismo".
Por eso ahora es el momento de guardar todas las excusas y comenzar a caminar hacia tu sueño.
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