miércoles, 27 de agosto de 2008

A veces, por aferrarnos a lo que tenemos, no podemos echar a andar…

Un maestro samurai paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vió a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita al lugar.

Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la importancia de realizar visitas, conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que obtenemos de estas experiencias.

Llegando al lugar constató la pobreza del sitio, los habitantes: una pareja y tres hijos, la casa de madera, vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin calzado.

Entonces se aproximó al señor, aparentemente el padre de familia y le preguntó:

"En este lugar no existen posibilidades de trabajo ni puntos de comercio tampoco, ¿cómo hacen usted y su familia para sobrevivir aquí?"

El señor calmadamente respondió: "amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos o lo cambiamos por otros géneros alimenticios en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso, Cuajada y otros, para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo."

El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, luego se despidió y se fue. En el medio del camino, volteó hacia su fiel discípulo y le ordenó:

"Busque la vaquita, llévela al precipicio de allí enfrente y empújela al barranco."

El joven espantado vió al maestro y le cuestionó sobre el hecho de que la vaquita era el medio de subsistencia de aquella familia. Mas como percibió el silencio absoluto del maestro, fue a cumplir la orden. Así que empujó la vaquita por el precipicio y la vió morir.
Aquella escena quedó grabada en la memoria de aquel jóven durante algunos años.
Un bello día el joven agobiado por la culpa resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar y contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos.
Así lo hizo, y a medida que se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con árboles floridos, todo habitado, con carro en el garaje de tremenda casa y algunos niños jugando en el jardín.
El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia tuviese que vender el terreno para sobrevivir, aceleró el paso y llegando allá, fue recibido por un señor muy simpático. El jóven preguntó por la familia que vivía allí hacia unos cuatro años, el señor respondió que seguían viviendo allí. Espantado el jóven entró corriendo a la casa y confirmó que era la misma familia que visitó hacía algunos años con el maestro.
Elogió el lugar y le preguntó al señor (el dueño de la vaquita) : "¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?"
El señor entusiasmado le respondió:
"Nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no Sabíamos que teníamos, así alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran ahora.
Todos nosotros tenemos una vaquita que nos proporciona alguna cosa básica para nuestra sobrevivencia, la cual convive con la rutina y nos hace dependientes de ella, y nuestro mundo se reduce a lo que la vaquita nos brinda".
Esto es lo que se ha llamado zona de confort. Estamos tan conformes con el estado de cosas que nos rodea que no desarrollamos otras posibildades.¿Tú sabes cuál es tu vaquita? no dudes un segundo para empujarla por el precipicio.

miércoles, 20 de agosto de 2008

EL COFRE ENCANTADO

Hace muchísimos años, vivía en la India un sabio, de quien se decía que guardaba en un cofre encantado un gran secreto que lo hacía ser un triunfador en todos los aspectos de su vida y que, por eso, se consideraba el hombre mas felíz del mundo. Muchos reyes, envidiosos, le ofrecían poder y dinero, y hasta intentaron robarlo para obtener el cofre, pero todo era en vano. Mientras más lo intentaban, más infelices eran, pues la envidia no los dejaba vivir. Así pasaban los años y el sabio era cada día más felíz.
Un día llego ante él un niño y le dijo: "Señor, al igual que tú, también quiero ser inmensamente feliz. "Por qué no me enseñas qué debo hacer para conseguirlo"? El sabio, al ver la sencillez y la pureza del niño,le dijo: "A tí te enseñaré el secreto para ser felíz.
Ven conmigo y presta mucha atención. En realidad son dos cofres en donde guardo el secreto para ser feliz y estos son mi mente y mi corazón y el gran secreto no es otro que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de la vida".
El primer paso, es que debes quererte a tí mismo, y todos los días al levantarte y al acostarte, debes afirmar: yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda vencer: Este paso se llama autoestima alta.
El segundo paso, es que debes poner en práctica todo lo que dices que eres, es decir, si piensas que eres inteligente, actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño; si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces propónte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. Este paso se llama motivación.
El tercero paso, es que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es, ellos alcanzaron su meta, logra tu las tuyas.
El cuarto paso, es que no debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie; ese sentimiento no te dejará ser feliz, tú perdona y olvida.
El quinto paso, es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen, recuerda que de acuerdo a las leyes de la naturaleza, mañana te quitaran algo de más valor.
El sexto paso, es que no debes maltratar a nadie; todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera.
Y por último, levantate siempre con una sonrisa en los labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bonito; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; ayuda a los demás, sin pensar que vas a recibir nada a cambio; mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para ser triunfador y que de esta manera, puedan ser felices"...

miércoles, 13 de agosto de 2008

Aprender de los demás...

"Había una vez una rosa muy bella, se sentía una maravilla al saber que era la rosa más bella del jardín. Sin embargo un día se dió cuenta que la gente la miraba de lejos y observó que al lado de ella había un sapo negro, grande y gordo.Al percatarse que por eso nadie se acercaba a ella le dijo muy molesta: -sapo por que no te alejás de mi, no ves que por tu culpa nadie se acerca a mi?, es que eres muy feo!!. El sapo le contestó: -está bien si eso es lo que quieres me iré. Muy obediente el sapo se alejó brincando de la rosa.
Poco tiempo después el sapo se paseaba por el jardín cuando se dió cuenta que la rosa estaba toda marchita y con muy pocos pétalos en ella y le dijo: -ahora si que te encuentras marchita ¿qué te pasó?.La rosa le contestó: -es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día y noche, no volveré a ser la más bella del jardín. El sapo le dijo: -pues claro, cuandoyo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la mas bella del jardín".

Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos más que ellos o que simplemente no nos sirven para nada. En este mundo todos tenemos algo que aprender de los demás o algo que enseñar.
A veces hay personas que pasan por nuestra vida como una oportunidad de aprendizaje,pero no lo podemos ver...y preferimos tenerlos lejos.

SIEMPRE SE PUEDE UN POCO MAS!!!

"ESTÁN LOS QUE USAN SIEMPRE LA MISMA ROPA.
ESTÁN LOS QUE LLEVAN AMULETOS.
LOS QUE HACEN PROMESAS.
LOS QUE IMPLORAN MIRANDO EL CIELO.
LOS QUE CREEN EN SUPERSTICIONES.
Y ESTÁN LOS QUE SIGUEN CORRIENDO
CUANDO LES TIEMBLAN LAS PIERNAS.
LOS QUE SIGUEN JUGANDO
CUANDO SE LES ACABA EL AIRE.
LOS QUE SIGUEN LUCHANDO
CUANDO TODO PARECE PERDIDO.
COMO SI CADA VEZ FUERA LA ÚLTIMA VEZ.
CREYENDO DE QUE LA VIDA MISMA ES UN DESAFÍO.
SUFREN.PERO NO SE QUEJAN.
PORQUE SABEN QUE EL DOLOR PASA.
EL SUDOR SE SECA.
EL CANSANCIO TERMINA.
PERO HAY ALGO QUE NUNCA DESAPARECERÁ:
LA SATISFACCIÓN DE HABERLO LOGRADO.
EN SUS CUERPOS HAY LA MISMA
CANTIDAD DE MÚSCULOS.
EN SUS VENAS CORRE LA MISMA SANGRE.
LO QUE LOS HACE DIFERENTES ES SU ESPÍRITU.
LA DETERMINACIÓN DE ALCANZAR LA CIMA.
UNA CIMA A LA QUE NO SE LLEGA
SUPERANDO A LOS DEMAS.
SINO SUPERÁNDOSE A UNO MISMO".

El exitoso...

"Los exitosos no tienen tiempo para ubicar culpas, están demasiado ocupados en alistarse para el próximo desafío.

Es mejor intentar algo grande y fallar que tener éxito en no hacer nada.

El fracaso es como conducir por un callejón sin salida y darse vuelta para encontrar una ruta mejor.

Nunca podrás vivir cubriendo las expectativas de todos, pero puedes vivir cubriendo las tuyas.

Es más terrible no tener una meta que no alcanzarla.

El futuro está donde pasarás el resto de tu vida.

Jamás correr el riesgo de equivocarse, es la equivocación más grande que puedes cometer.

No hay garantías de que mañana llegará. Hazlo hoy.

Cuando cambia tu percepción, el día nublado se vuelve soleado.

No permitas que tus debilidades oscurezcan tus habilidades.

Una actitud de «lo haré mañana» trae consecuencia de «hubiera tenido que hacerlo ayer».

No importa cuantas veces te caigas, sólo cuantas veces te levantes.

Sólo existe una persona a la que deberás rendirle cuentas al final, vos mismo".
Por eso ahora es el momento de guardar todas las excusas y comenzar a caminar hacia tu sueño.

Sigue...y sigue...

Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de crema.

Inmediatamente sintieron que se hundían; era imposible nadar o flotar mucho tiempo en esa masa espesa como arenas movedizas. Al principio, las dos patalearon en la crema para llegar al borde del recipiente pero era inútil, sólo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sintieron que cada vez era más difícil salir a la superficie a respirar.

Una de ellas dijo en voz alta:

- No puedo más. Es imposible salir de aquí, esta materia no es para nadar. Ya que voy a morir, no veo para qué prolongar este dolor. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril.

Y dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez siendo literalmente tragada por el espeso líquido blanco.

La otra rana, más persistente o quizás más tozuda, se dijo:

- No hay caso! Nada se puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo ya que la muerte me llega, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quisiera morir un segundo antes de que me llegue mi hora.

Y siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar un centímetro.

Horas y horas!

Y de pronto... de tanto patalear y agitar, agitar y patalear...

La crema, se transformó en manteca.

La rana sorprendida dio un salto y patinando llegó hasta el borde del pote.

Desde allí, sólo le quedaba ir croando alegremente de regreso a casa.

Fallar es legítimo y honorable; abandonar sin intentarlo es lo más triste y deshonroso. Schiller señaló: "La voluntad de la persona: he ahí su felicidad". No existe mejor cualidad y facultad que una firme voluntad: Y esto está al alcance de todos.."

Asamblea en la Carpintería

Cuentan que en una carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar diferencias. El martillo ejercía la presidencia pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? ¡Hacía demasiado ruido! Y además se pasaba todo el tiempo golpeando. El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo, dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante el ataque el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás.
Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera perfecto. En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo.
Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tomillo. Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un lindo juego de ajedrez. Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo: "Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos". La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tomillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto. Se sintieron entonces un equipo capaz de producir y hacer cosas de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos".

Ocurre lo mismo con nosotros, los seres humanos .Cuando buscamos defectos en los demás, la situación se vuelve tensa y negativa. En cambio, cuando tratamos de percibir honestamente las capacidades de los otros, es cuando florecen los mejores logros humanos. Pero asimismo la invitación es a ver más que nada aquello que consideramos como nuestros propios defectos y si eso no nos permite estar en paz, "accionar" para cambiarlo....sobre todo cuando además nos hace ruido el feedback honesto, directo y confrontacional...
En definitiva hacernos cargo de que "lo que hacemos es lo que somos" ....y que "somos lo que hacemos" y así es como los otros nos ven actuar y forman sus juicios.
Así que si bien los intereses, los sueños y proyectos compartidos nos acercan, son las diferencias, el reconocimiento y el respeto de las diferencias lo que fortalece la relación humana. Si no compartimos las diferencias, olvidaremos nuestros intereses comunes.

"Tengo que aceptar que cuando hay una discrepancia con otro, el otro se encuentra moviéndose en un espacio de coherencia experiencial tan válido como el mío, aunque sea diferente." Humberto Maturana.